Todo lo que ocupas saber sobre la Ansiedad

Qué es 

El término ansiedad puede referirse a un síntoma, a un rasgo de personalidad o a un trastorno. La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos.
 En realidad, un cierto grado de ansiedad proporciona un componente adecuado de precaución en situaciones especialmente peligrosas. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante. En ocasiones, sin embargo, el sistema de respuesta a la ansiedad se ve desbordado y funciona incorrectamente. Más concretamente, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible. El sujeto se siente paralizado con un sentimiento de indefensión y, en general, se produce un deterioro del funcionamiento psicosocial y fisiológico. 

Cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona se considera un trastorno. Causas Las causas de los trastornos de ansiedad no están del todo claras y en buena parte de los pacientes no llegan a conocerse. En otros casos sí que es posible trazar un origen o, al menos, determinar los elementos que precipitan las crisis de ansiedad. Estos son algunos de los factores que pueden influir: 


 Causas genéticas: la ansiedad puede heredarse de padres a hijos. En concreto, lo que se transmite a través de los genes es la predisposición. No obstante, cabe señalar que todavía queda mucho por investigar para poder sentar las bases de los mecanismos genéticos de los trastornos de ansiedad. 

 Causas circunstanciales: hechos traumáticos como un accidente de tráfico, un atentado o un incendio pueden provocar ansiedad; en estos casos, el sentimiento de ansiedad puede desaparecer cuando concluye el problema o bien permanecer durante meses o años. Es lo que se conoce como trastorno de estrés postraumático. 

 Consumo de drogas: Las anfetaminas, el éxtasis o el LSD son sustancias estupefacientes que pueden causar ansiedad. Para algunas personas, también la cafeína o la teína pueden producirla. 

 Experiencias vitales significativas: sin llegar a ser traumáticos, cambios vitales en el presente como un embarazo, o incluso alteraciones en el ámbito laboral (un despido, un ascenso, etcétera) pueden producir ansiedad. Síntomas La ansiedad se manifiesta a nivel emocional y físico.

 Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y acudir al médico en cuanto se detectan, ya que una persona con ansiedad que experimente estos síntomas puede considerarlos como signos de una enfermedad grave y, en consecuencia, empeorar en la enfermedad. 

 Síntomas mentales: preocupación constante, cansancio, irritabilidad, agitación y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.

 Síntomas físicos: taquicardia, dificultad para respirar, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea y dolor de cabeza. 

 Trastorno de ansiedad generalizada: Se trata de una tensión crónica aún cuando nada parece provocarla. Esta preocupación o nerviosismo excesivo es casi diario y se diagnostica como tal cuando tiene una duración mínima de seis meses. 

 Trastorno de pánico (o ataque de angustia): El paciente experimenta crisis recurrentes de angustia que surgen espontáneamente. Se trata de una ansiedad aguda y extrema en la que es frecuente que la persona que la padece crea que va a morir. Estos ataques repentinos de miedo intenso no tienen una causa directa. En ocasiones, los pacientes que sufren este trastorno desarrollan angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria. 

 Trastorno fóbico: Trastorno que tiene como rasgo esencial la presencia de un temor irracional y persistente ante un objeto específico, actividad o situación con la consecuente evitación del objeto temido. Por ejemplo, el miedo a volar, a los pájaros o a los espacios abiertos. 

 Trastorno obsesivo-compulsivo: Se trata de pensamientos o acciones no voluntarios que el paciente no puede dejar de pensar o hacer para no generar ansiedad. En todo caso, el sujeto reconoce el carácter absurdo de sus pensamientos o acciones. Por ejemplo: lavarse las manos cada poco rato. 

 Trastorno por estrés post-traumático: Se da en aquellos casos en los que se presentan secuelas psicológicas desagradables tras el impacto de un trauma emocional, una guerra, una violación, etc. Se caracteriza por los recuerdos persistentes del suceso traumático, un estado emocional con exaltada vigilancia y la reducción general de interés por los sucesos cotidianos. El libro de referencia para el diagnóstico de las enfermedades psiquiátricas, DSM-5, ya no clasifica dentro de los trastornos de ansiedad algunas de estas dolencias, como por ejemplo el trastorno obsesivo compulsivo. No obstante, se siguen citando cuando se habla de ansiedad porque están muy estrechamente relacionados con ella. 

 Diagnóstico Criterios diagnósticos: Para evaluar si una persona sufre ansiedad, es recomendable descartar la existencia de una enfermedad sistémica. Para ello, el médico debe tener en cuenta los siguientes aspectos: Síntomas físicos que presenta. Historia médica y psicológica anterior del paciente y de su familia. Posibilidad de que sufra alguna enfermedad que genere trastorno de ansiedad. Influencia de tóxicos como la cafeína, el cannabis o la cocaína y otras drogas de síntesis, desencadenantes de crisis de ansiedad y angustia en personas con predisposición.

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